Por la mañana como siempre, desayuno copioso y a patear la ciudad. Lo primero fue visitar la catedral. Hay dos visitas, una en la que vas por la planta baja y otra por la que vas a la planta de arriba. Mejor la planta de arriba que las de abajo siempre son las que se visitan y fue toda una experiencia. Nunca había visto nada igual, el poder ir por el techo de una catedral es una maravilla (si veis las fotos de flickr seguro que os gustan :D)

Después de ver la catedral había que ir a la puerta y ver al astronauta y al demonio que se está comiendo un helado y luego acercarnos a la fachada del edificio original de la Universidad y ver la rana. Cuenta la leyenda que el que no veía la rana suspendía todo el curso 😉

Una vez visto la catedral fuimos a ver la casa Lis. Un sitio interesante al que si se va a Salamanca no esta mal pasarse por allí…después al huerto de Calixto y Melibea, donde la moda esa de poner candados a todo lo que se menea se ha extendido también por allí. Había un pozo en el que lo habían adornado con candaditos….¿es que no hay otra forma de manifestar el amor que con un candado? igual que en el puente de Triana de Sevilla, TOOOOOOOOODO llenito de los candados de las narices…….eno, tengamos la fiesta en paz jejejejejeje

Ya iba tocando comer un poquillo así que nos apretamos unas chuletitas de cordero con unas birritas y luego un dulcecito en esta tienda de la plaza mayor

Si no recuerdo mal se llamaba raqueta lo que me pimplé, porque la verdad, apretarme un chocho no me apetecía 😛 Luego al hotel a descansar que era día de reyes y no nos podíamos perder la cabalgata.

Como semos guiris, el mejor sitio para verla era la plaza mayor. Pocas carrozas para las que hay en mi pueblo 😉 pero bueno, fue bastante bonito y divertido, pero ya con el cuerpo reventado lo que apetecía era irse a dormir que al día siguiente volvía a Sevilla.

 

En definitiva, un viaje divertido, con tranquilidad y que ha merecido la pena 😀